sábado, 9 de mayo de 2009

Lluvias, asientos y minibuces



Llegaron las lluvias...
Comienza mi felicidad, olor a tierra mojada y sabor a lodo en el paladar, no existe un mejor sonido que el de las gotas de lluvia pegar con cualquier superficie dura y no hay mejor color que las tonalidades grises que da un cielo nublado.... eso es uno de los placeres que el mundo me ofrece...

Y el mejor lugar para recibir a una lluvia es cuando la observo desde la ventana dentro del camión donde viajo sentada y dirigiéndome rumbo a mi trabajo en el cual me siento segura, calientita, seca y reconfortada, entonces decidí que es de uno de mis lugares favoritos para estar que son los camiones de los cuales hablare en esta ocasión...

Para mi no hay mejor lugar de inspiración para crear historias que el asiento de la ventana de cualquier minibus, desde ahí puedes ver toda clase de sucesos, eventos y hechos de los cuales aportaran un acervo cultural para tu creatividad e imaginación, si llevara la cuenta de cuántos capítulos han surgido de esos minibuces... creo que... bueno no puedo contarlos... en resumen son muchos casi el 70 % de mi obra y mis tres historias en las que trabajo... el otro 30% se lo debo a CLover Lawn y la casa de Nobuta, pero en verdad no se que haría sin los minibuses y los asientos junto a la ventana...

Aunque eh de confesar que no todo es felicidad...
Hoy me saque el susto de mi vida al quedarme dormida en mi maravilloso asiento de la ventana y no reconocer el lugar en el que me encontraba al despertarme, ni una calle, ni local, ni casa, ni nada pude reconocer y me asalto nuevamente la idea de que otra vez por andar tan cansada tome la ruta equivocada y andaba quien sabe donde... Juro que la confusión fue tan terrible que me dieron ganas de ponerme a llorar como niña a la que se le acaba de perder su mama en el super por quedarse a ver los nuevos muñequitos de mi pequeño Ponny colección limitada y no estar atenta en que pasillo se metió... Asi de terrible me senti y justo cuando en verdad iba a ponerme a llorar me fije que si era la calle de costumbre solo que habían inaugurado una nueva gasolinera y no me había fijado (bueno una gasolinera cambia todo el panorama) entonces me calme, respire ondo y le subí el volumen a una de las canciones de la voz con alma vieja a la que suelo ser adicta...

Y por supuesto que volví a dormitar...

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