sábado, 30 de mayo de 2009

condena


Entonces dime- dijo rompiendo el nudo en la garganta que le evitaba hablar, sabiendo que si él abría esa pueRta, si él giraba ese picaporte y salia por ese umbral ya nada podría darle algo porque respirar, sintiendo que el aliento se consumía, se escaceaba, tomo la desición y entonces derrocharía la existencia en esa confesión- Dime...desde cuando esto que siento, esto que me hace sentir tan viva, esto que aflora desde aqui dentro, que se desborda en mi, entonces dime desde cuando esto que para otros es lo mas maravilloso, su motivo, su razón de existencia, la misión por la que han venido a este mundo, dime por que para nosotros se ha vuelto un pecado que nos condena, porque para nosotros tiene que ser algo prohibido algo malo, por que si no es posible entonces por que no se apaga y te olvido, porque no te arranca desde raíz, por que si nuestro destino esta puesto en otra persona, por que si debo ser de otro, no se destierra esto de aquí, esto que se ha vuelto en la razón de todo- su pecho dolió pero no titubeo, tocándose desesperadamente, tomo una escasa bocanada de aire y continuo- dime por que mis ojos solo buscan tu presencia, por que mis oídos no se resignan a escuchar otra que no sea tu voz, mis manos no descansan hasta encontrarse solo con la tuyas, por que entonces solo tu nombre le sabe a mi alma... Si condenarme es amarte, estoy dispuesta entonces a afrontarlo... caminare gustosa y recibire mi castigo sonriendo, porque si ni el destino mismo es capaz de sacarte de este corazón, quien soy yo para intentarlo, me resigno a vivir como una condenada si ese es el precio por esto ...- cansada agotada Violeta vio como le dio la espalda tomando la perilla de la puerta con desicion, ya no podía, cerro los ojos y decidió no ver como era que el desaparecía de la puerta... pero el sonido de esta abriéndose y cerrándose nunca llego, fue otro sonido el que paro su corazón, el casi inaudible sonido del seguro al ponerse, levanto la mirada y ahí estaba el, sosteniendo la perilla de la puerta y cerrándola-
-condenemonos, si ya lo hemos decidido...-
Violeta Claro y Allan Lancaster
XXI

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