jueves, 11 de junio de 2009

Ansia... La primera vez que el deseo Sangre... su sangre...


Sangre, sangre en su rostro resbalando gota a gota hacia su boca, sangre en sus manos, sangre en su ropa, todo se volvió con tinte escarlata, el aroma mas delicioso inundando el lugar entrando por cada poro de su cuerpo, dolor desgarrador en su garganta el reclamo de la sed insaciable y desconocida, algo en su interior se despertó, algo dentro se rompió, él... solo quería tomar a la mujer arrodillada y beber, beber hasta morir, hasta saciarse, solo eso importaba, la sangre de la herida en el pecho expuesto le cegaba, deseaba, anhelaba tomarla, vencido se arrodillo encontrándose frente a frente, la miro con deseo, ella simplemente se encontró perdida, no se sabría si era por el dolor o el temor a la muerte que sus sentidos estaban aturdidos, él extendió su mano tocando su rostro y tembló de placer con el contacto, ella en cambio gimió por el dolor sabiendo que no resistía mas, desfallecería, tomo la camisa sosteniendose, agarrándose con todas sus fuerzas sabiendo que su vida dependía de ello, el se perdió en el contacto, en el rose de la tela y el calor que desprendían esos dedos en su piel que inexplicablemente se había vuelto fría, el aromo se volvió mas fuerte envolviéndolo y aquello que se escondía en lo mas profundo de su interior, salio exponiéndose y mirando por primera vez el mundo con nuevos ojos, sus brazos instintivamente se volvieron cárceles, encerrando a su víctima dentro de ellos, por inercia retiro el cabello negro, lacio y largo del cuello, la piel suave mostraba generosamente aquellas venas palpitantes donde el liquido de la vida se encontraba, podía ver cada una de ellas a través de la piel invitando a aquellos colmillos inexpertos a que se desplegaran, aquellos colmillos novatos que nunca habían reclamado la sangre pero que ahora exigían a gritos el ser utilizados, ella levanto la cabeza y lo miro, sus rostros estaban tan cercanos, sus respiraciones mezcladas.-A...Allan...- pronuncio ella con débil voz , pero el no respondió, se sintió raro ya que aquel nombre era tan lejano, tan distante tan... desconocido, ella se acerco agarrando de su camisa con mas fuerza buscando refugio en su pecho, inclino su cabeza de forma inconsciente descubriendo su cuello , apoyandose en su hombro sin saber lo que aquel acto significaba. Después todo fue tan natural, tan metódico, como si toda la vida hubiera hecho lo mismo, un ritual que por instinto desde su nacimiento lo conocía. El deseo se apodero de el, bajo su cabeza lentamente, lamió el cuello delicada mente , memorizando el sabor de esa piel, no resistio, sabiendo que el momento lo habia encontrado, abrió su boca despacio clavando sus afilados colmillos en la suave piel que no puso resistencia a ser atravesada y corrompida, después, ah! después todo fue un mar dulce de éxtasis, el cálido liquido generoso emanaba en cantidades abundantes, pero deseaba mas y mas de ese elixir de placer, jamas seria suficiente.
La abrazo con mas fuerza quería sentirla viva, quería sentirla completa, entonces algo se clavo en su pecho, un gemido de dolor anuncioo lo que pasaría y después todo comenzo a oler distinto, la niebla que envolvía a sus sentidos se disipo y el nombre de Allan tuvo sentido para el, ese era su nombre.
Allan salio de aquel trance desconocido y reconoció a la joven que agonizaba en sus brazos, nuevamente su rostro se lleno de sangre, ella se ahogaba con su mismo liquido vital, aquel extraño instrumento afilado en su pecho la desgarro una vez mas, el miedo le gano al ansia, aquel sentimiento de vacío atrapo a su corazón que aun acelerado por el éxtasis latía apresurado... era diferente, era el correr del tiempo que se agotaba, la impotencia, sabia que la perdería en cualquier momento... ahi apresada, en sus brazos...
Allan Lancaster Pacto de Vampiros
XXI

No hay comentarios:

Publicar un comentario